La humanidad industrializada está perdiendo la sensibilidad de la
memoria a causa de su acumulación desmedida y de la orientación
dominante de consignas tecnológicas y mercantiles. Sumarse a ellas
supone la entrega absoluta de la voluntad y de la ética y, no hacerlo,
implica la marginación respecto a los nuevos valores que prevalecen
en un entorno simbólico cada vez más acelerado, simulado y precario.
Fijaciones, se expresa tanto una
práctica biocultural primaria del ser
humano que no debe descuidarse
como la obsesión compulsiva por la
fijación digital sin mediar conciencia
alguna.
catedrático de la Universidad de Sevilla y dirige la línea de investigación Estudios de exomemoria y transcultura en el Departamento de Periodismo. Ha sido consultor de la UNESCO y evaluador de proyectos en la Unión Europea en las áreas de Información y Comunicación. Tiene publicados más de una docena de libros en editoriales españolas y latinoamericanas y pertenece al consejo asesor de numerosas revistas especializadas en documentación, comunicación y cultura.