En esta ecléctica recopilación, reunida por el propio Lugones, figura lo más intenso e indispensable de la narrativa breve del escritor argentino, que transita con inigualable maestría por la historia y cultura de la humanidad. El original pensamiento, ético y estético, de Leopoldo Lugones se despliega en deslumbrantes ficciones, como la que se puede leer a continuación: Poco antes de la oración en el huerto, un hombre tristísimo que había ido para ver a Jesús, conversaba con Felipe, mientras concluía de orar el Maestro. -Yo soy el resucitado de Naim -dijo el hombre-. Antes de mi muerte, me regocijaba con el vino, holgaba con las mujeres, festejaba con mis amigos, prodigaba joyas y me recreaba en la música. Hijo único, la fortuna de mi madre viuda era mía tan sólo. Ahora nada de eso puedo; mi vida es un páramo. A qué debo atribuirlo? -Es que cuando el Maestro resucita a alguno, asume todos sus pecados -respondió el apóstol-. Es como si aquel volviese a nacer en la pureza del párvulo. -Así lo creía, y por eso vengo. - Qué podrías pedirle, habiéndote devuelto la vida? -Que me devuelva mis pecados -suspiró el
Leopoldo Lugones (1874-1938) fue un escritor y poeta argentino, considerado uno de los máximos exponentes de la literatura modernista en América Latina. Nació en Villa de María del Río Seco, provincia de Córdoba, Argentina. A los 17 años se mudó a la ciudad de Buenos Aires, donde inició su carrera literaria en el diario La Montaña. Luego se convirtió en uno de los fundadores de la Revista Moderna, una publicación que difundió las ideas del modernismo en Argentina. En sus obras, Lugones experimentó con el lenguaje y las formas poéticas, combinando elementos de la tradición literaria con innovaciones técnicas y temáticas. Entre sus obras más destacadas se encuentran Los crepúsculos del jardín (1905), Lunario sentimental (1909), Obras completas (1910-1936), y El payador (1916), entre otras. Además de su labor como escritor, Lugones tuvo una destacada participación en la vida política y cultural de su época. Fue miembro de la Academia Argentina de Letras y participó en la organización de diversos congresos y eventos culturales. También se desempeñó como docente y periodista, escribiendo para diversos medios como La Nación y La Prensa. Sin embargo, su vida estuvo marcada por altibajos emocionales y financieros. En 1938, luego de sufrir una crisis depresiva, se quitó la vida en el Tigre, provincia de Buenos Aires. A pesar de su muerte prematura, la obra de Leopoldo Lugones sigue siendo valorada por su originalidad y su aporte a la literatura argentina y latinoamericana.