Francisco de Quevedo (1580, Madrid) se educó cantando letrillas y romances de Góngora en el corazón de Madrid, en el Palacio Real. El segundo hijo de un matrimonio de cinco, terminó ?en torno a 1600? por convertirse en el mayorazgo. Estudió en Alcalá y Valladolid. Pronto se significó por su habilidad lingüística y por sus extravagancias festivas, que se saborearon en la corte de Felipe III. Después de un periodo filológico, entregado a las letras clásicas, y famoso ya como poeta, sirvió al Duque de Osuna en Italia (1613-1618). La muerte de Felipe III desencajó aquella
España que se estaba haciendo. Quevedo fue de los voceros que trazó fronteras y distribuyó ideologías (Los Sueños) sobre todo por la Leyenda Negra. Durante su etapa final, enfrentado al Conde Duque de Olivares, se le encerró en el Convento de San Marcos, del que salió ?aprendiendo a andar? a su señorío en la Torre de
Juan Abad, para morir poco después (1645) en el convento de dominicos de Villanueva de los Infantes.
Pablo Jauralde Pou ha sido profesor en casi todos los niveles, desde agregado y catedrático en centros que, entonces, se llamaban de enseñanza media, hasta profesor en multitud de universidades, aunque lo fue fundamentalmente en la de Granada y en la Universidad Autónoma de Madrid. Son muchas sus actividades en estas tareas: fundó y dirigió durante 18 años el Seminario Edad de Oro, en Madrid. Dirigió varias publicaciones en la editorial Castalia (clásicos, NBEC, Manuales Universidad...) Ha sobrepasado las quinientas publicaciones, que cuentan con ediciones de Blas de Otero, Miguel Hernández, Antonio Machado, etc. Y sobre todo dedicadas a Quevedo, al que dedicó una extensa monografía (en 1998), que ahora sale más fresca y ligera. En estos momentos es Presidente de Honor de la AISO (Asociación Internacional del Siglo de Oro). Fue también profesor en el Westfield College de Londres, en la univ. de Cambridge (UK, cátedra BBVA), en la Sorbona, Toulouse, en la univ. de Carleton (Ottawa), John Kopkins, etc. Sus tareas en la Biblioteca Nacional de España, abundantes y continuadas, con un equipo de alumnos, han producido varios volúmenes del Catálogo de manuscritos, una colección de 4 volúmenes la Biblioteca de autógrafos españoles, etc. Últimamente, fundó y dirigió la colección electrónica de Clásicos Hispánicos, y pasó por un grupo de sinólogos de una universidad de Barcelona.