Natalie Waite tiene diecisiete años. Nacida en el seno de una familia asfixiante constituida por el padre, escritor mediocre y egocéntrico, y la madre, un ama de casa neurótica, llega el día en que se marcha a estudiar. Es posible que justo antes de irse pasara algo que no quiere o no puede contar. Pronto, ya en la universidad, su vida se transformará en un aterrador juego de espejos. Exploración magistral y perturbadora de la psique de una adolescente atribulada, Hangsaman (1951) se ha descrito como una novela de formación y también como una novela de campus, pero esas definiciones se quedan cortas. Aunque incluye elementos de ambas, además de un toque satírico, las vicisitudes de la protagonista acontecen en el límite con la pesadilla. La narración rezuma ambigüedad. La realidad es esquiva. Tratándose de Shirley Jackson, la oscuridad está siempre al acecho.
Shirley Jackson (San Francisco 1916 ? Bennington 1965) estudió en la Universidad de Syracuse. En 1948 aparecieron su primera novela, The Road Through the Wall, y el cuento «La lotería», que se ha convertido en un clásico del siglo XX. Su obra ?que también incluye otras novelas como Hangsaman (1951), The Birds Nest (1954) o La maldición de Hill House (1959) y los ensayos autobiográficos Life Among the Savages(1953) y Raising Demons (1956)? ha ejercido una gran influencia en Stephen King, Richard Matheson, Jonathan Lethem y Donna Tartt, entre otros escritores. En 1962 publicó Siempre hemos vivido en el castillo, que fue considerada por la revista Timecomo una de las diez mejores novelas del año.