Los herejes, los disidentes del pensamiento común, obligan a poner en duda las ideas generalmente admitidas que sobreviven en muchos casos por inercia. Los disidentes mejoran el pensamiento del que disienten. Quizá por esa razón escribió san Pablo: «Conviene que haya herejes». En nuestro tiempo la idea de herejía se ha desvanecido. Pero la palabra sigue viva para referirse a los que se apartan de las reglas escritas o no escritas.
Los herejes tuvieron el valor de decir lo que pensaban y de morir por sus ideas. A muchos de ellos les hubiera resultado fácil retractarse en el último momento y librarse de la cárcel o la muerte, pero no lo hicieron, porque lo que pensaban lo pensaban con honradez, y no se traicionaron a sí mismos. En estas páginas se esbozan las vidas de veintidós de ellos. Aunque parezcan fantásticas e inverosímiles, son absolutamente reales. Pero de esa realidad que, como tantas veces, se aproxima a la ficción.
Escritor y jurista, consejero de Estado, obtuvo el Premio de Ensayo y Humanidades Ortega y Gasset en el año 1998 y en 2011 ha recibido la Medalla Lichtenberg, de la Academia de Ciencias de Gotinga, por sus estudios y traducciones de literatura alemana. Entre muchos otros libros, más de cicnuenta, ha publicado las biografías Vida de Rainer Maria Rilke. La belleza y el espanto (2012), Hölderlin. El rayo envuelto en canción (2008) y Novalis. La nostalgia de lo invisible (2010), así como los libros Rilke en Toledo (1997), Hilde Domin en la poesía española (2010), Rilke, apátrida (2011), Rilke y la música (2016) y Thibaut y las raíces clásicas del Romanticismo (2012), por citar sólo sus obras dedicadas a la literatura y la cultura alemanas.