Rilke escribió una vez: «Mi destino es no tener destino». Pero hay un momento decisivo en su vida cuando, en 1919, acabada la guerra y desecho el Imperio austrohúngaro, el poeta, apátrida de corazón, se convierte también en apátrida para la sociedad. La cosmopolita ciudad de Zúrich le salvará entonces, devolviéndole su voz poética. Con su exuberancia será el polo opuesto de su vivencia de la severa Toledo (narrada por el autor en Rilke en Toledo). Al final de sus días, se instalará en el torreón de Muzot, que le devolverá el recuerdo del paisaje castellano.
Escritor y jurista, consejero de Estado, obtuvo el Premio de Ensayo y Humanidades Ortega y Gasset en el año 1998 y en 2011 ha recibido la Medalla Lichtenberg, de la Academia de Ciencias de Gotinga, por sus estudios y traducciones de literatura alemana. Entre muchos otros libros, más de cicnuenta, ha publicado las biografías Vida de Rainer Maria Rilke. La belleza y el espanto (2012), Hölderlin. El rayo envuelto en canción (2008) y Novalis. La nostalgia de lo invisible (2010), así como los libros Rilke en Toledo (1997), Hilde Domin en la poesía española (2010), Rilke, apátrida (2011), Rilke y la música (2016) y Thibaut y las raíces clásicas del Romanticismo (2012), por citar sólo sus obras dedicadas a la literatura y la cultura alemanas.