A lo largo de los últimos años Máximo Huerta ha escrito casi a diario artículos que abordan desde su particular óptica nuestro mundo. Y lo hace aplicando sus dotes de observador para hablar acerca de nuestras costumbres y manías, nuestros sueños y frustraciones, de nuestras formas de soportar (o rechazar) las esclavitudes de la vida moderna.