En 1972, el joven director de teatro francés Georges Werler fue a ver a MILAN KUNDERA a Praga y a su regreso consiguió, pese a los controles de la frontera, introducir en Francia el manuescrito de su obra de teatro JACQUES Y SU AMO: KUNDERA la había escrito después de la invasión soviética, cuando toda su obra, pasada y futura, había quedado borrada de las letras checoslovacas. EN esta muy libre variación sobre Diderot , KUNDERA rinde un homenaje al escritor y filósofo francés que le ayudó a sobrevivir en un periodo tan difícil.