En diciembre de 1944 parecía que la Segunda Guerra Mundial en Europa era cuestión de días. Tras el castigo al que habían sido sometidas las tropas alemanas tras el desembarco de Normandía, parecía que el único obstáculo al que tenían que enfrentarse las tropas aliadas hasta llegar a Berlín sería el cruce del Rin. Por eso para Hitler el tiempo lo era todo. Para ello ideó una ambiciosa operación, Wacht am Rein. Con ella se pretendía sorprender a las tropas americanas en las Ardenas, para luego avanzar hasta Mosa y de ahí a Amberes, con lo que conseguirían arrebatar a los aliados el mayor puerto operativo en la costa atlántica y copara las fuerzas británicas y estadounidenses en Bélgica y Holanda. La ofensiva alemana en las Ardenas fue osada e innovadora, tanto porque se recurrió a unidades de élite para abrir paso a las fuerzas pánzer alemanas como porque Alemania estaba exangüe .