La presente obra se dirige a todos los ciudadanos seriamente preocupados por la situación de nuestro sistema educativo. Además del conflicto entre las concepciones paternalistas de la pedagogía moderna, frente a las sustentadas por la tradición humanista, aborda las políticas concretas que nos han conducido al presente desastre. Este es el relato de las pedagogías de la irresponsabilidad que la reforma socialista impuso, del nuevo poder de los sindicalistas y los pedagogos sobre los profesores, de la desaparición del clima de trabajo y exigencia, del arrinconamiento de las nociones. mismas de asignatura y examen, de la extirpación de la voluntad y la memoria, el mérito y la recompensa. Nuestra educación es hoy una fábrica de falsa igualdad que arroja después a los jóvenes, sin apenas recursos, a enfrentarse a la maquinaria de una competitividad para la que nadie les ha preparado. Y quienes pueden. escapan de una enseñanza pública que si en otro tiempo representó el rigor y la solidez en la formación de sus alumnos. ha pasado a convertirse en una institución de asistencia social. La enseñanza destruida constituye un auténtico repaso a las cuestiones que han llevado, a juicio de su autor, a la ruina del sistema, sus causas y consecuencias. Apunta a las zonas que deberían ser abordadas sin tardanza por nuestra sociedad, si no queremos poner en peligro nuestra posición en el mundo y seguir dañando a nuevas generaciones de españoles, condenándolos a la ignorancia y a algo mucho peor: el aburrimiento, esa blandura vital que es ya santo y seña de buena parte de nuestra juventud. Y ellos son los menos responsables. Porque la letra no entra con sangre, pero tampoco sin letra.