El 9 de diciembre de 1995 un accidente cerebrovascular sumió a JeanDominique Bauby en un coma profundo del que salió meses después con el cuerpo completamente paralizado, afectado del síndrome de cautiverio (una extraña dolencia que provoca una parálisis completa, un encierro en uno mismo, como dentro de una escafandra) pero con las facultades mentales intactas. Sólo podía abrir el ojo izquierdo y su única ventana al mundo era el parpadeo. Un guiño para decir si , dos para decir no . Podía oír, comprender, recordar, pero no hablar. Además de su párpado izquierdo también estaban intactas su imaginación y su memoria: la mariposa. Con su ojo componía palabras, frases y páginas enteras. De esta manera, paralizado en la cama o en la silla de ruedas, Bauby dejó constancia de su existencia y de sus reflexiones en esta breve pero intensa obra.
Jean-Dominique Bauby era redactor jefe de la revista Elle cuando sufrió un accidente vascular que lo dejó completamente paralizado. Sin embargo, logró dictar este extraordinario testimonio, que se convirtió en un bestseller internacional. Llegó a verlo publicado, pero murió poco después.