CONRAD, JOSEPH / GAUGUIN, PAUL (Ilustración)
El viejo capitán escocés Tom Lingard había descubierto una zona inexplorada en la isla de Borneo, a orillas del río Pantai, donde comerciar con los nativos malayos para la explotación del ratán y del caucho. Se asocia en el negocio con el holandés Kaspar Almayer, casado con la hija adoptiva malaya de Lingard y con la que ha tenido una hija, Nina. Lingard desaparece en Europa y Almayer se queda como el único blanco en las orillas del Pantai. Su único amor, su único interés auténtico es su hija Nina, el centro de todas sus fantasías de grandeza, con la que pretende volver a Europa y rehacer su economía. Ese proyecto, más fantástico incluso que los imaginativos negocios que lo han llevado casi a la ruina, se ven frustrados por un componente con el que no había contado: la sangre malaya de su hija es más fuerte que su educación. Nina se enamora de Dain Marula, un nativo, hijo de un poderoso rajá. Los rumores lejanos de antiguas leyendas desgarran a veces el tenso clima de la novela, cuya historia, tan sencilla en sus rasgos principales, alcanza una poderosa fascinación por el paisaje en que se desarrolla, oscuro a veces, otras traidor y, a pesar de ello, espléndido en su primordial intensidad.
Joseph Conrad (Józef Teodor Konrad Korzeniowski, 1857-1924) De origen polaco, perdió a sus padres cuando era niño y con sólo 17 años se embarcó por primera vez en Francia para iniciar su aprendizaje en la marina mercante. En 1886 obtuvo la nacionalidad británica y, ocho años después, abandonó la marina para dedicarse en exclusiva a la literatura. Pronto se convirtió en uno de los escritores fundamentales de la literatura inglesa, con grandes éxitos como El negro del Narcissus, El corazón de las tinieblas, Lord Jim, Tifón, El agente secreto, Victoria y Entre la tierra y el mar (Belacqva, 2006), entre otros. Cuando murió, había tenido tiempo de contrabandear armas para los revolucionarios carlistas en España, de viajar desde el archipiélago malayo hasta la costa caribe de Colombia, de tener dos hijos y escribir más de veinte libros, de ser admirado por Henry James y por André Gide, de negarse a recibir los máximos honores de la Corona Británica y de cambiar para siempre el arte de la novela.