El escultor Ramón Vidal desaparece en dos ocasiones de la vida de Márgara, su mujer. La primera vez en Barcelona, en el año 1934. La segunda en Centroamérica, donde Márgara se traslada para reencontrarse con su marido. El dolor es tan intenso y serán tantas las lágrimas que derrame, que los indígenas comenzarán a llamarla «la mujer de agua», nombre con el que se cierra su historia y con el que su figura empezará a formar parte de las leyendas locales.
Carmen Rigalt se desmelenó profesionalmente ejerciendo el periodismo verité, modalidad en la que cosechó algunos triunfos que ahora quiere olvidar a toda costa. Es escritora, pero prefiere definirse como vividora que se desfoga poniendo adjetivos a sus vivencias. Espera dejar de escribir algún día para dedicarse a su ocupación favorita: la contemplación de los propios sueños. Mientras llega ese momento cultiva el articulismo en el diario El Mundo y entrevista a personajes famosos. Colabora además con diversas revistas y cadenas de televisión. De sus años vividos hasta hoy recuerda que es catalana, que le gustaron las lenguas clásicas y que descubrió el intimismo el mismo día que descubrió la olla exprés. La cotidianidad se ha convertido en su mejor arma combativa. Con su novela "Mi corazón que baila con espigas" quedó finalista del Premio Planeta 1997.