Este es un libro que nos habla de las alegrías y los espantos de la vida cotidiana. Que se mueve entre dos espacios: el círculo íntimo y el círculo público. Por el primero desfilan mentiras que llamamos «amor», miedos inexplicables, hombres y mujeres que comparten colchón, hormonas no identificadas y amigas cómplices. por el segundo, reyes que sufren, grandes mentirosos, modas que vienen de Japón, enfermos de poderío y traficantes de noticias. Escrito por una de las más brillantes y ácidas periodistas de la actualidad, Todas somos princesas es a la vez un espejo de la realidad que nos circunda y el corazón abierto de una mujer que, como ya hiciera en su exitoso Diario de una adicta a casi todo, se presenta «en carne cruda, vuelta y vuelta», haciendo honor a la idea de que experimentar es vivir. Su nombre: Carmen Rigalt.
Carmen Rigalt se desmelenó profesionalmente ejerciendo el periodismo verité, modalidad en la que cosechó algunos triunfos que ahora quiere olvidar a toda costa. Es escritora, pero prefiere definirse como vividora que se desfoga poniendo adjetivos a sus vivencias. Espera dejar de escribir algún día para dedicarse a su ocupación favorita: la contemplación de los propios sueños. Mientras llega ese momento cultiva el articulismo en el diario El Mundo y entrevista a personajes famosos. Colabora además con diversas revistas y cadenas de televisión. De sus años vividos hasta hoy recuerda que es catalana, que le gustaron las lenguas clásicas y que descubrió el intimismo el mismo día que descubrió la olla exprés. La cotidianidad se ha convertido en su mejor arma combativa. Con su novela "Mi corazón que baila con espigas" quedó finalista del Premio Planeta 1997.