Wichi es una joven tailandesa de doce años inteligente, alegre y extrovertida. Feliz porque sus padres viven juntos y se aman, las cosas comienzan a empeorar el día que su madre, una hermosa mujer que con diecisiete años ya había ganado un concurso de belleza local, se deja arrastrar por el juego y empieza a gastar el poco dinero de que disponen. Cheonchai, el padre de Wichi, desesperado y alcoholizado, desaparecerá de casa para no volver jamás. Sola y sin entender nada de lo que ocurre a su alrededor, el mundo de Wichi se tambalea definitivamente cuando su madre muere y se queda a cargo de su abuela, la señora Phakamon, una perversa anciana que nunca la quiso y cuyos planes pasan por deshacerse de ella abandonándola en un prostíbulo. Sin embargo, la prodigiosa intervención de Siri, la única persona que se preocupa por Wichi, servirá para que ambas emprendan una huida que las lleve lejos de su terrible destino.En su viaje llegarán a Chiang Dao, una apartada región donde encontrarán la paz y la felicidad gracias a la generosidad de la familia Pimok. Wichi aprenderá el duro y sacrificado oficio de los arrozales, será cortejada por un joven prendado de su sencillez y hermosura e incluso aprenderá nociones de informática. Pero un día la señora Phakamon reaparece...
José Luis Olaizola, natural de San Sebastián, ejerció la abogacía durante quince años. Su extensa carrera literaria ha sido reconocida con numerosos galardones, entre ellos el Premio Ateneo de Sevilla 1976 por su novela Planicio o el Premio Planeta 1983 por La guerra del general Escobar, considerada recientemente por Álvaro Mutis y Javier Cercas como la «mejor novela sobre la guerra civil española». En 1982 obtuvo el Premio Barco de Vapor por su novela Cucho, que traducida al francés ganó el Grand Prix de l'Académie des Lecteurs de París