El enfrentamiento entre dos jóvenes por el amor de una muchacha da lugar a un choque generacional entre los protagonistas (galán y dama) y sus mayores, porque éstos se oponen al amor de los jóvenes, lo que supondrá un concierto de casamiento en contra del deseo de la dama, que escapará de su casa, disfrazada de hombre, para alistarse en un destacamento de soldados que se dirige a Portugal. Sin embargo, La serrana de Tormes es una pieza en la que el desenlace toma un sesgo inusitado y se torna en tragedia. Un homicidio, inesperado para el espectador, trastoca todas las expectativas de resolución feliz propias de cualquier comedia.
Poco leída y apenas estudiada, Lope da luz a esta casi desconocida comedia urbana de enredo y de costumbres hacia 1595, aún en su destierro en Alba. Sin embargo, por sus temas clásicos y aportaciones para el estudio de la evolución dramatúrgica de su autor es, si no piedra clave, sí pieza angular de uno de los arcos del majestuoso edificio que constituye nuestro teatro nacional, en el que Lope ejerció de indiscutible maestro de obra.
Con esta edición Castalia rescata una obra casi inédita de Lope, que es el inicio, de lo que en verdad será, el nuevo teatro español.
Félix Lope de Vega Carpio nació en Madrid el 25 de noviembre de 1562. Tras pasar por la escuela del poeta y músico Vicente Espinel y por el Estudio de la Compañía de Jesús, parece ser que estudió en la Universidad de Alcalá e, incluso, es posible que pasara durante un período breve por la Universidad de Salamanca. En 1582 ya había dejado su etapa de estudiante, pues se alistó como soldado en la escuadra que se dirigía al archipiélago de las Azores. Más tarde, Se alistó como voluntario en la Armada Invencible en 1588, y a su regreso a España se establece con su esposa en Valencia, ciudad en la que había florecido un tipo de teatro renovador de las formas clásicas que influyó considerablemente en Lope, que ya era poeta conocido y a partir de ahora dramaturgo profesional. Pronto sería reconocido con el sobrenombre de «Fénix de los ingenios». A caballo entre los siglos XVI y XVII, Lope ya ha triunfado como escritor. Tiene escritas un centenar de comedias, que han cambiado la orientación del teatro español, e innumerables romances y sonetos que corren de boca en boca. A partir de 1610, establecido de nuevo en Madrid tras unos años en que había venido alternando residencia en Toledo y Sevilla, y rodeado de su mujer y de sus hijos, escribirá sus obras dramáticas más significativas: La dama boba, El perro del hortelano, Fuente Ovejuna, El caballero de Olmedo, Peribáñez, etc. Con una gran reputación como escritor debida sobre todo al enorme éxito popular (la expresión «Es de Lope» se convirtió en una frase hecha para indicar la excelencia de cualquier cosa), pero con estrecheces económicas, Lope murió en 1635. Nueve días duraron sus funerales y doscientos poetas de toda España escribieron elogios fúnebres en su honor. El «monstruo de naturaleza», como lo llamó Cervantes, dejó una obra ingente.