En Ciudad de cristal, un escritor se convierte en protagonista de una investigación y se ve actuando como un detective mientras se cuestiona quién es. En Fantasmas, se conforma un laberinto de búsquedas que deberá desentrañar. En La habitación cerrada, debe buscar a un amigo desaparecido que ha dejado manuscritos que deseaba que fueran publicados.