Calificada por estudiosos sadianos como gigantesco catálogo de perversiones (Jean Paulhan), o tratado médico (Gilbert Lely), Las 120 jornadas de Sodoma, primera obra del marqués de Sade, inició su accidentada andadura en 1782 cuando su autor se hallaba preso en el castillo de Vincennes y se veía obligado a ocultar el manuscrito en una tira de papel enrollado de 12,10 metros de longitud. Cuatro libertinos, representantes del poder en Francia y de los cuatro temperamentos humanos: el duque, el obispo, Durcet y el presidente de Curval, se aíslan en una fortaleza inaccesible en medio de la Selva Negra para disfrutar sin testigos de un libertinaje desenfrenado, al tiempo que se entretienen con las hazañas eróticas narradas por cuatro «historiadoras», cuatro putas expertas conocedoras del amplio abanico de delicias y perversiones sexuales humanas. Y para dar buena cuenta de tan extenso como oscuro repertorio, Sade recurre a la historia los relatos de Suetonio y Tácito sobre los excesos de los emperadores, a las memorias y biografías de actrices galantes, así como a la tradición erótica y libertina o a los recuerdos escritos de hechos reales ocurridos en casas de citas.
Donatien-Alphonse-François de Sade (París, 1740-Charenton, 1814) nació en el seno de una familia aristócrata. En 1768 se convirtió ya en leyenda por sus escandalosas y truculentas fiestas en el tristemente célebre castillo de Arcueil. Le tocó en suerte vivir una época de cambios radicales en la Francia de la Revolución y del Terror, aunque pasó la mayor parte de su existencia recluido en cárceles y manicomios. Todas sus obras están impregnadas de una filosofía libertina que propugna la libertad absoluta, al margen de cualquier religión, ley o moral. En 1988, Tusquets Editores inició la publicación de las obras eróticas de Sade a partir de la edición francesa definitiva. A La filosofía en el tocador (La Sonrisa Vertical 59) le siguieron Las 120 jornadas de Sodoma (La Sonrisa Vertical 75), Justine o Los infortunios de la virtud (La Sonrisa Vertical 88) y, ahora, Juliette o Las prosperidades del vicio.