CEDRO DE LA AUDIENCIA Ha venido de lejos, caminando historias, leguas, siglos, desde antiguos poemas de la Biblia entre jardines y desiertos por donde el camellero sueña en frescos oasis a la tarde y, tranquilo, el león se acerca al agua. Sabe de amor, de guerras, de rebaños, de hermosas siervas que hasta el río llegan, igual que ánforas vivas, a por linfas con que aplacar la sed del caminante. Fue amado por los reyes y los sabios, creció en los montes valles y retiros, y lo bendijo Dios con su perfume y su agreste hermosura entre los otros. Y ahora míralo aquí, junto al semáforo y ese tráfico atroz de la avenida -el gas-oil asediándolo y el ruido- con su noble apostura de otros siglos y un sol de eternidad sobre los hombros tan cerca de tu casa y bendiciéndote con sus ramas solemnes