Teñido de la ironía y de la peculiar visión del mundo propias de Mark Twain (1835-1910), "Los diarios de Adán y Eva" es un breve y delicioso librito que reúne dos obras afines que ahondan en el eterno contraste entre hombre y mujer, en sus distintas sensibilidades, en sus maneras de enfrentarse a la vida y de manejarla. Aunque atados, inevitablemente, a ciertos estereotipos, bajo los textos late, asimismo, una manifiesta corriente de ternura. Y es que, si es muy plausible que Twain escribiera el "Diario de Eva" (1905) a modo de póstuma declaración de amor a su mujer Olivia Langdon, también lo es que modificara en consecuencia, como sugiere su colofón, el anterior "Diario de Adán" (1892).
Edición ilustrada
Mark Twain es el seudónimo con el que firmaba Samuel Langhorne Clemens (Florida, Missouri, 1835-Reddind, Connecticut, 1910). Norteamericano enormemente inquieto, su vida fue un constante ir y venir. Dejó la escuela a los trece años para entrar de aprendiz en una imprenta. Realizó las tareas más diversas y, sobre todo, escribió muchísimo. Con todo, jamás abandonó los estudios y se doctoró en letras y en leyes. Viajó por América y Europa y visitó Palestina y las islas Hawai. Su vida está plagada de anécdotas divertidas que demuestran una profunda independencia personal, un rechazo total a vivir con ataduras. Dio conferencias por todas partes y fue nombrado doctor honoris causa por la universidad inglesa de Oxford, una de las más prestigiosas del mundo. Su vida literaria se caracteriza por una producción muy abundante, llena siempre de humor, de un humor que con los años se fue volviendo agrio, profundamente crítico e incluso agresivo. En algunas de sus obras, como Las aventuras de Tom Sawyer, Mark Twain narra muchos hechos de su infancia, marcada por una sociedad, según él, estrecha y puritana.