Con la madurez de Juan de Médicis el Quattrocento florentino acogió el nacimiento de un linaje excepcional. Cosme, llamado el Padre de la Patria, Lorenzo, el Magnífico, o Cosme I, el gran duque colocaron a la pequeña ciudad italiana en la élite del mundo civilizado. Como ocurrió con las grandes casas europeas que dominaron la escena política de la Edad Moderna, su ambicioso camino hacia el poder no estuvo exento de polémicas, conjuras y asesinatos. Pero a todo ello los Médicis sumaron una cualidad única: su amor y dedicación a las artes, las letras y las ciencias, transmitido, como si de una herencia genética se tratara, de generación en generación. Proteger y fomentar la cultura fue misión primordial a la vez que placentera para la familia.
Alexandre Dumas pare va escriure novel·les tan conegudes com El comte de Montecristo o El collaret de la reina. Els seus relats sortien per entregues als diaris, i van tenir sempre un gran èxit de públic, que encara avui continua.