Nunca me enamoran los cuadros que puedo abarcar por entero. mi amor necesita tener la sensación de que algo se me escapa... . Para Siri Hustvedt el atractivo de un cuadro radica en su misterio, pues, más allá de lo visible, el rectángulo del lienzo es una ventana abierta a un mundo donde el pintor ha dejado parte de sí mismo. A veces en sus trazos. otras, en ciertas referencias en apariencia ambiguas, que siguen suponiendo un verdadero enigma... Y que Hustvedt se aventura a descubrir. En Los misterios del rectángulo propone una serie de reflexiones paseos mentales no sólo por la historia de la pintura, sino también por la vida, a partir de obras como La tempestad, de Giorgione, Mujer con collar de perlas, de Vermeer, o la serie de los Caprichos de Goya. Ellas, como los bodegones de Morandi y Chardin, o los óleos de Jean Mitchell y Gerhard Richter, constituyen el punto de partida para que la autora nos brinde unos ensayos sugerentes e incisivos, alejados de la fría teorización, plenos de sensibilidad, y donde siempre late el deseo de conectar con la vibración más alta y más profunda de cada artista.