En su intento de dar con un bonito y pestilente lugar para celebrar el cumpleaños del abuelo, los Olchis aterrizan en un viejo castillo, se comen una gigantesca torre de hierro y hasta enderezan un monumento inclinado. Abuelos, padres y niños forman la simpática familia de los Olchis, quien, además de sorprendernos, nos divierte con sus fantásticas aventuras.