Este ensayo está escrito como una novela : al filo de nueve partes independientes, los mismos personajes pasan y se cruzan : Stravinski y Kafka acompañados de sus peculiares amigos, Ernest Ansermet y Max Brod ; Hemingway con su biógrafo ; Leos Janacek con su pequeña nación ; Rabelais con sus herederos : los grandes novelistas. Y eso porque el arte de la novela es la protagonista indiscutible de este libro : el espíritu del humor que lo engendró ; su misterioso parentesco con la música ; su historia, que evoluciona ( como la de la música) en tres tiempos ; la estética de su tercer tiempo (el de la novela moderna) ; su sabiduría existencial. Es precisamente a la luz de esta «sabiduría de la novela» como examina en este libro las grandes situaciones de nuestra era : los procesos morales contra el arte del siglo, desde Céline hasta Maiakovski ; el tiempo que pasa y hace que la identidad del «yo» presente se llene de incertidumbre con respecto al «yo» de ayer ; el recuerdo como una forma de olvido ; el pudor como noción esencial de una época basada en el individuo ; la indiscreción que, convertida en regla y costumbre, anuncia el crepúsculo del individualismo ; la fuerza misteriosa de la voluntad de un muerto ; los testamentos ; los testamentos traicionados (de Europa, del arte, del arte de la novela, de los artistas).