El manuscrito encontrado en Zaragoza es un caso único de obra maestra literaria de primer orden que, doscientos años después de su composición, sigue inédita en su texto original. Han contribuido a esta situación curiosa diversos factores: sus dimensiones, su extrañeza, su formato laberíntica, la superposición de original y traducciones, y un cúmulo de accidentes. Novela insólita, que ha conservado su novedad no sólo por haberse mantenido inaccesible durante dos siglos, sino por méritos intrínsecos.
Cómica, fantástica, enciclopédica, erótica, filosófica, masónica, iniciática, gran mascarada, es el compendio de la vida y trabajos del autor, y un puente entre dos épocas. De Potocki se ha dicho que tenía "un pie en Voltaire y el otro en Hoffmann" y, en efecto, su libro constituye una culminación de la Ilustración y un anuncio ya maduro del Romanticismo. Y si en su ritmo majestuoso y la riqueza de su realismo inaugura la gran novela del siglo XIX, su audacia formal y su experimentación con distintos registros y niveles de ficción anticipa la literatura del siglo XX, y más allá.
El conde Jan Potocki (Pików, 1761 - Uladawka, 1815) recibió una sólida educación, ampliada a lo largo de los años. Viajero incansable, escribió un sinfín de tratados sobre diversos países que, sin duda, contribuyeron a crear el imaginario que puebla su obra principal y más conocida, Manuscrito encontrado en Zaragoza. Potocki se suicidó en 1815, utilizando una bala de plata que él mismo había fabricado.