Marco Polo acaba perdiendo su posición privilegiada en la cortedel Gran Kan cuando éste descubre la relación secreta que el veneciano mantiene con una joven princesa mongola. El monarca, celoso, expulsa al viajero de la corte y obliga a la princesa a casarse con el rey de Persia. Marco Polo pide como último favor que se le permita escoltar a la joven, desde Cantón y a través del índico, hasta su prometido en Persia, y el Kan se lo concede. Tras veinte años de estrecha amistad, Marco Polo abandona al Gran Kublai y parte con su hijo a Venecia, donde nadie cree las maravillas que describe. Cuando durante la guerra con Génova Marco Polo es encarcelado, su compañero de celda, fascinado por sus relatas, decidirá escribir su fabulosa odisea.