¿Cuán cerca puede estar un héroe de ser un villano? ¿Qué separa la epopeya de la farsa? A través de la odisea de un ladronzuelo que se enrola en la División Azul, sobrevive a los padecimientos más extremos y regresa al Madrid turbio y arribista de los cincuenta, Juan Manuel de Prada nos ofrece una historia fascinante, de lectura adictiva, que contrapone el sueño de los ideales a la lucha por la supervivencia.Madrid, 1942. Antonio y Carmen, dos jóvenes maleantes, se compinchan para desplumar aricachones en los alrededores del parque del Retiro. Pero la adversidad y el infortunio obligarán a Antonio a huir de la justicia. Se alista en la División Azul, para poner tierra de por medio; y en Rusia conocerá penalidades sin cuento, en compañía del idealista Gabriel, otro divisionario con el que guarda un asombroso parecido físico, aunque en todo lo demás sea más bien su antípoda. Muchos añosdespués, en 1954, tras sobrevivir a todo tipo devicisitudes, Antonio regresa a España, transformado ya en otra persona, a bordo del buque Semíramis.Empieza entonces, en un Madrid peligroso y abracadabrante, una aventura de signo bien distinto, en la que Antonio vivirá una vida de potentado, muydiferente de la que dejó atrás doce años antes. Peroesta vida nueva lo obligará a la improvisación, el fingimiento y la vigilancia permanente, para mantener a buen recaudo las sombras del pasado; y en su empeño por mantenerlas, tendrá que adentrarse, siempre acechado por la muerte, en una madeja de intrigas cada vez más embrolladas y peregrinas. ¿Podrá Antonio alcanzar, entre la tupida maraña de males que ha desencadenado, el bien que anhela?
Juan Manuel de Prada nació en Baracaldo, en 1970, aunque pasó su infancia y adolescencia en Zamora. Con su primer libro, Coños (1995), y los relatos de El silencio del patinador (1995, ampliado en 2010) sorprendió a la crítica por su poderosa imaginación y su audaz uso del lenguaje. En 1996 debutó en la novela con la monumental Las máscaras del héroe, con la que obtuvo el premio Ojo Crítico de Narrativa de RNE. En 1997 recibió el Premio Planeta por La tempestad, que fue traducida a una veintena de idiomas y significó su consagración internacional, después de que la revista The New Yorker lo seleccionara como uno de los seis escritores más prometedores de Europa. Su tercera novela, Las esquinas del aire (2000), también fue recibida con entusiasmo por los lectores y la crítica, así como Desgarrados y excéntricos (2001). La vida invisible (2003) recibió el Premio Primavera y el Premio Nacional de Narrativa, y con El séptimo velo (2007) se alzó con el Premio Biblioteca Breve y el Premio de la Crítica de Castilla y León. Ha obtenido los más prestigiosos reconocimientos del periodismo literario, entre otros los premios Mariano de Cavia o César González-Ruano