Juan Manuel de Prada no ha vacilado en calificar esta biografía dedicada a la escritora catalana Ana María Martínez Sagi (1907-2000) como «la obra de su vida». No sólo por su ambición descomunal, sino porque es el resultado de una obsesión que persigue al autor desde hace más de dos décadas, cuando publicó una novela titulada Las esquinas del aire, basada en el testimonio que Martínez Sagi, por entonces en las postrimerías de su vida, le transmitió.
De este modo, aquella mujer de plurales talentos (poeta, reportera, deportista, pionera del feminismo...) pudo ser rescatada del olvido. Pero, con el tiempo, el autor descubriría que aquel testimonio contenía algunas lagunas e inexactitudes, algunas omisiones conscientes o involuntarias, algunos recuerdos fabulados o embellecidos. Y se lanzó entonces a una investigación oceánica que le ha ocupado media vida.
Los descubrimientos que Prada realizó fueron mucho más jugosos y apasionantes (también, en ocasiones, perturbadores) de lo que jamás hubiese sospechado; y así pudo reconstruir una vida sobresaltada de acontecimientos pasmosos, que ahora ha plasmado en su obra más ambiciosa y brillante.
El derecho a soñar nos brinda la posibilidad de asomarnos a esa vida tumultuosa, en la que se entrelazan otras muchas vidas afluentes que componen un deslumbrante mapa de toda una época. Porque El derecho a soñar no es tan sólo una biografía de Ana María Martínez Sagi; es la biografía del doliente y ajetreado siglo XX español.
Juan Manuel de Prada nació en Baracaldo, en 1970, aunque pasó su infancia y adolescencia en Zamora. Con su primer libro, Coños (1995), y los relatos de El silencio del patinador (1995, ampliado en 2010) sorprendió a la crítica por su poderosa imaginación y su audaz uso del lenguaje. En 1996 debutó en la novela con la monumental Las máscaras del héroe, con la que obtuvo el premio Ojo Crítico de Narrativa de RNE. En 1997 recibió el Premio Planeta por La tempestad, que fue traducida a una veintena de idiomas y significó su consagración internacional, después de que la revista The New Yorker lo seleccionara como uno de los seis escritores más prometedores de Europa. Su tercera novela, Las esquinas del aire (2000), también fue recibida con entusiasmo por los lectores y la crítica, así como Desgarrados y excéntricos (2001). La vida invisible (2003) recibió el Premio Primavera y el Premio Nacional de Narrativa, y con El séptimo velo (2007) se alzó con el Premio Biblioteca Breve y el Premio de la Crítica de Castilla y León. Ha obtenido los más prestigiosos reconocimientos del periodismo literario, entre otros los premios Mariano de Cavia o César González-Ruano