El autor recrea un retrato de la sociedad española del segundo lustro ochentero haciendo incidencia en la realidad de esos años, desmontando por completo esa falacia de que fueron años «con mayor libertad». Nada habría sido igual en la música pop española ni en el nuevo devenir del último lustro de los 80 si Mecano no hubiese publicado Entre el cielo y el suelo. Y con esta afirmación tan rotunda comienza el ensayo que tienen entre manos. Si el trío hubiese seguido su proceder primigenio con canciones sobre colarse en fiestas, maquillarse o irse a Hawái-Bombay, ellos mismos no habría avanzado, pero nosotros tampoco. Por si no lo saben, si vienen de Marte y no han oído jamás hablar de Mecano, este disco fue el inicio y el fin de una etapa de su repertorio, y se puso a la venta justo cuando las costumbres, los modos y las formas de la juventud en la sociedad española, en general, miraban hacia un horizonte incierto, pero muy diferente a lo anterior. La nueva generación de jóvenes no vivimos el franquismo, ni tan siquiera La Movida; sólo conocíamos democracia y, además, no nos interesaba la canción protesta ni el rollo Enamorado de la moda juvenil. Así que, de no haberse publicado esta obra, no hubiéramos detectado el cambio de La Movida a la post-Movida.