Es mentira que ésta sea una novela sobre la muerte, sobre la experiencia de estar muerto o sobre la memoria de los difuntos, aunque algo de eso haya. No es mentira que este simulacro de vida sea una gran novela en la que la realidad y la ficción se entreveran para acercarnos a la verdad, y un relato que reflexiona sobre el arte de narrar el pasado e1 arte, el juego de contar mentiras y una subyugante novela sobre la credulidad, sobre las relaciones humanas y las mentiras que las anudan, sobre los ritos y los mitos, sobre la textura sentimental de la que estamos hechos. Un tortuoso pero certero camino hacia algo así como la verdad, jalonado de ironía, de humor, de pasión por la historia y por las historias. Sin duda, una de las mejores novelas españolas de las últimas décadas.