Uno de los libros más notables de la nueva crónica latinoamericana.
La abuela de Rafael Gumucio no lo perdonaría jamás por este libro, uno de los más notables de la nueva crónica latinoamericana. Y al mismo tiempo, en una hipérbole de la paradoja que le encantaba ser, lo admiraría con la misma fruición con la que adoró al Proust de damas y damiselas.
En esta biografía que atraviesa el siglo xx chileno, con transatlánticos literarios que van de Constantinopla a París, el escritor y periodista salda cuentas con la mujer que en vida ya era mítica en una aristocracia sudamericana llena de frustración y contradicciones. La abuela sofisticada de Gumucio suplanta al padre ausente, a la madre borrosa, a un país esquivo y chúcaro, lejano y frío.
Marta Rivas González murió para que su nieto la contara. Amiga de escritores célebres -desde Yourcenar, que la pretendió en vano, hasta García Márquez, que dejó de verla sin que ella jamás reclamara un cariño mezquino-, amante posible de muchos -Donoso la quiso como coartada de su homosexualidad oculta-, amante real de varios a los que deploraba por pésimos.
Una deliciosa oportunidad de experimentar en cápsulas sentimentales una vida azarosa, divertida, intensa.
Rafael Gumucio (Santiago de Chile, 1970) se ha consolidado en los últimos años como una voz clave de la literatura latinoamericana contemporánea. Profesor especializado en asuntos humorísticos, ácido columnista y comentarista radiofónico, es sobre todo en la crónica, el ensayo y la novela donde se ha mostrado como un observador implacable tanto de sí mismo como de la realidad familiar y social que lo rodea, plasmando su inconfundible visión de las cosas en los libros Invierno en la torre, Memorias prematuras, Monstruos cardinales, Comedia nupcial, Los platos rotos, Páginas coloniales, La deuda (2009), Contra la belleza, La situación, Mi abuela, Marta Rivas González, Milagro en Haití (Literatura Random House, 2016) y Contra la inocencia. En 2004 obtuvo el Premio Anna Seghers.