«Novelas como puños.» JOHN DOS PASSOS Acaso el más perdido de la generación perdida, Nathanael West pasó desapercibido en vida, pero al poco tiempo fue confirmado como uno de los escritores más poderosos de la literatura estadounidense. Presentamos en este volumen sus dos mejores novelas: Miss Lonelyhearts es el ácido relato de los enfrentamientos entre un redactor amargado de la sección del corazón de un diario y los lectores que le escriben. El día de la langosta expresa la desilusión del autor ante el derrumbamiento del sueño americano y retrata crudamente la selva de Hollywood, así como los modos de vida surgidos durante la Gran Depresión. Nathanael West (1903-1940) se mudó a Hollywood a escribir guiones tras fracasar con sus primeras novelas. Sin embargo, su reputación literaria no ha hecho más que crecer desde su trágica muerte. No sería concebible sin él la obra de Francis Scott Fitzgerald, de Dashiell Hammett y de William Carlos Williams. Prólogo de Eduardo Vilas Traducción de Javier Alfaya, Barbara McShane y Encarna Castejón
Nathanael West (New York, 1903 ? Los Angeles, 1940) nació en el seno de una familia judía acomodada de origen lituano. Viajó dos años por Europa y a su regreso se empleó como director de un hotel en el que proporcionaba habitaciones a tarifas irrisorias a los escritores de su círculo de amistades. Su primera novela, La vida de ensueño de Balso Snell (1931) es una provocadora sátira que marcó el estilo de sus siguientes obras. En 1933 publicó Miss Lonelyhearts, un relato sobre la trágica vida de un periodista cuya única intención era ayudar a los lectores que le pedían consejo de tipo amoroso. Un año más tarde escribió Un millón pelado, una feroz crítica al materialismo. Columnista de diferentes revistas, en 1935 se trasladó a Hollywood, donde escribió varios guiones y donde acabó su última y más aplaudida novela, El día de la langosta. Murió, junto a su esposa, en un accidente automovilístico a los 37 años, el 21 de diciembre de 1940, al día siguiente de la muerte de su amigo Francis Scott Fitzgerald.