Como la música, el psicoanálisis es un arte de la interpretación. Pero no se encontrará aquí ningún tipo de desciframiento del inconsciente de las obras musicales ni análisis de sus autores. Se trata más bien del otro sentido de la palabra interpretar: tocar un fragmento, dar una versión, decirlo en la propia lengua a la espera de que sea entendida por otros. Este libro se dirige a aquellos para quienes la música no es asunto de saber, de cultura o de distinción, sino que entran en ella de la manera más humilde posible. Los que mantienen con todas las cosas relaciones musicales inconscientes. Los que buscan en ella no el tener, sino el ser. Aquellos para quienes, según decía Nietzsche, «la vida sin música sería un error».
Michel Schneider (1944) ha compaginado las labores de funcionario, psicoanalista y escritor. Sus libros siempre han estado ligados a sus aficiones y sus responsabilidades profesionales. De esta forma, su pasión melómana lo condujo a escribir Glenn Gould, piano solo (1988) y La Tombée du jour (1989). Exploró un tema de tanta carga psicoanalítica como las relaciones maternofiliales en Maman (1999) y escribió un ensayo acerca de la infantilización de los ciudadanos franceses: Big Mother (2003). La literatura y la muerte se cruzaron en Morts imaginaires, donde fabulaba sobre los últimos momentos de vida de escritores célebres, obra por la que mereció el Premio Médicis de Ensayo en 2003, y convocó al fantasma del poeta simbolista en Baudelaire, les années profondes (1995). Con Últimas sesiones con Marilyn ganó el Premio Iterallié 2006 y fue finalista del Premio Goncourt, el Premio Renaudot y el Premio Femina del mismo año.