Como otro baúl viejo llega este libro a los desvanes de mi vida. El epígrafe bajo el que aparecieron estos escritos en el Magazine de La Vanguardia durante un año está to mado de una bellísima canción cántabra que llenó de melancolía mi infancia, tonada tanto más fascinante para mí por cuanto no alcanzaba yo, y sigo sin alcanzarlo, el último sentido de lo que se dice en ella, aunque lo intuya A la mar fui por naranjas... Se ve que esta idea es universal, tierra adentro, en la aldea de Picaihua, Ecuador, o en una ciudad del litoral como Santander. Con todo, la fatalidad del escritor es embarcarse de continuo en un viaje que promete naranjas imposibles y paga con naufragios. Y no digo más, por amor al mar y por respeto a los naufragios.
Andrés Trapiello nació en
Manzaneda de Torío (León) en 1953 y vive en Madrid desde 1975. Autor de cinco
novelas, entre ellas El buque fantasma
(1992, Premio Internacional de Novela Plaza y Janés) y Los amigos del crimen perfecto (Premio Nadal 2003), también es
conocido por sus diarios -una «novela en marcha» que cuenta ya con doce
volúmenes- y por ensayos como Clásicos de
traje gris (1990), Las armas y las
letras (1995) o La noche de los
Cuatro Caminos (2001). Como poeta ha publicado Las tradiciones (1991),
donde están agrupados sus primeros libros, Acaso
una verdad (Premio Nacional de la Crítica 1993) y en 2001 Rama desnuda. El conjunto de su obra le
valió en 2002 el Premio de las Letras de la Comunidad de Madrid.