Podría parecernos que es así, pero no. Nadie conseguirá convencer a Josef Ajram, ultrafondista y day trader de bolsa, de que encontró su límite en La Gomera en el mes de mayo de 2012, cuando una deshidratación producida por la calima le impidió alcanzar el reto de acabar siete ironmans seguidos durante siete días consecutivos.Para Ajram, al que han apodado como el profeta del esfuerzo, el fracaso sería no volver a intentarlo. Fracasar implica quedarse ahí lamentándose, algo que él no ha hecho nunca ni hará jamás. Así lo demuestra día a día superando retos en todos los aspectos de su vida. Porque no tener objetivos en la vida es como no tener nada.En No sé dónde está el límite pero sí sé dónde no está, seguramente su libro más personal, nos desvela, a través de anécdotas y experiencias vitales, cuáles son sus claves para ir superándose cada día, su idea del fracaso y del éxito, y su concepción del esfuerzo, entre otros aspectos. La vida, cuenta Ajram, son dos días, «así que en lugar de quejarse, más vale levantarse y volver a intentarlo con más fuerza».
Nací en Barcelona el 5 de abril de 1978, de padre sirio y madre española. A mi abuelo paterno le debo mi iniciación en la bicicleta. Me gustan pocas cosas pero con intensidad, entre ellas, la Bolsa, los deportes y los viajes. Y como uno nunca sabe lo que va a pasar, siempre llevo el móvil encendido.En la Bolsa soy day trader, puro vértigo y adrenalina. En el deporte me apunto a las pruebas más exigentes. Son dos mundos aparentemente opuestos en los que vivo sensaciones extremas que reclaman constancia, dinamismo y cálculo para medir posibilidades y capacidades. ¿Dónde está el límite? Me la juego cada día, con ambiciones y objetivos. Hay que agotar todos los recursos para hacer realidad los sueños. El conformismo es una trampa en la que no hay que caer. Mi filosofía no es ganar sino sentirme bien con mi rendimiento. Disfruto más de los entrenos que de lascompeticiones. Me gustan los retos y luchar contra el cronómetro me da pereza.