ALEJANDRO PEDREGOSA / PULIDO, SONIA (Ilustración)
"El niño encontró el cuerpo echado en un espino. Venía del pueblo
e iba por aquellas lomas agrestes buscando espárragos.
Se sorprendió sin alarmarse. El cuerpo transmitía
una pacífica resignación. Tenía la cara vuelta contra el matorral
y era evidente que no podía moverse. El niño se inclinó,
agarró una piedra y la lanzó al bulto. Impactó en la carne blanda
y se oyó apenas un lamento, una especie de brisa fugaz y dolorosa.
Todavía no está muerto, pensó"
Un sonido, una vocal, una conjunción disyuntiva.
Así de curioso o sorprendente, lúdico o enigmático,
es el título de presentación de los trece relatos de este libro.
Breves, que no simples. Porque inducen al humor y a la sonrisa, pero tienen el poso de la reflexión, la ironía, la crítica.
Sus protagonistas no están nada lejos, más bien a la vuelta
de la esquina, aunque sus referentes literarios vienen
de antiguo: desde una parábola bíblica hasta ecos
de Rulfo o de Borges, pasando por la mitología, la filosofía
o la literatura infantil.
Alejandro Pedregosa (Granada, 1974) es licenciado en Filología Hispánica y en Teoría de la Literatura. Su producción literaria se inició con dos libros de poemas: Postales de Grisaburgo y alrededores (2001) y Retales de un tiempo amarillo (2002). Su primera novela, Paisaje quebrado, obtuvo en 2004 el Premio de Novela Corta José Saramago. Un año más tarde publicó su tercer libro de poemas, En la inútil frontera. En 2008 publicó la novela El dueño de su historia y el poemario Los labios celestes, con el que ganó el Premio Arcipreste de Hita. En 2010 apareció en Ediciones B Un extraño lugar para morir, su primera incursión en la narrativa policíaca.