Escrita durante la Guerra Civil, Oíd a la vida es una obra dramática que ha permanecido inédita hasta ahora. En ella, a través de los cuatro elementos de la naturaleza, Carmen Conde realizó un testimonio alegórico ante la violencia fratricida del conflicto que vivió, aunque desde una estética totalmente propia e innovadora, y mostró su compromiso ante la injusticia, como realizó también en la obra de denuncia social Mineros, escrita en la misma época.
Carmen Conde (Cartagena, Murcia, 1907-Majadahonda, Madrid, 1996) es una de las voces más significativas de la literatura española del siglo XX, así como uno de los ejemplos más lúcidos de defensa y visibilización de la escritura de mujeres. Autora muy prolífica, cultivó diversos géneros a lo largo de su trayectoria, aportando en todos ellos su particular visión y su rico dominio del lenguaje. Fue merecedora del Premio Nacional en dos ocasiones: en 1967 por Obra poética (1929-1966), en la categoría de Poesía, y en 1987 por Canciones de nana y desvelo, en la categoría de Literatura Infantil y Juvenil. Entre sus títulos destacan también Brocal (1929), Ansia de la gracia (1945), Mujer sin Edén (1947), Al encuentro de Santa Teresa (1979) y Soy la madre (1986), entre otros muchos. Consciente del poder transformador de la cultura, fundó -con Antonio Oliver- la Universidad Popular de Cartagena en 1931, aunque la Guerra Civil puso fin a este proyecto. Carmen Conde fue la primera mujer en ser académica de número en la Real Academia Española, donde ocupó la silla K. Su discurso de ingreso, pronunciado en 1979 y titulado Poesía ante el tiempo y la inmortalidad, ponía de relieve la injusta invisibilización de las escritoras y reivindicaba algunos nombres, como los de Gertrudis Gómez de Avellaneda, Carolina Coronado y Rosalía de Castro. En 1992 legó al Ayuntamiento de Cartagena toda su obra literaria y su archivo documental, y en 1995 se constituyó el Patronato Carmen Conde-Antonio Oliver en dicha ciudad.