La filosofía de Europa, dentro de una fenomenología de la historia, es una de las herencias de Husserl. La idea motora de Europa ―organizar la vida desde la razón― es telos de la humanidad entera, aunque implique que Europa sólo se constituye universalizándose, por tanto, dejando de serlo. El auténtico sentido de Europa se constituye al asumir la modernidad la autonomía del pensar y decidir, lo que no es sino convertir en principio de organización política las implicaciones de la irrupción de la filosofía en el mundo como hecho histórico. Mas la filosofía es una profesión, por eso pensar el nacimiento y sentido de Europa exige diseñar una fenomenología de las profesiones. Todos estos temas ocuparon a Husserl inmediatamente después de terminar la Primera Gran Guerra, la irrupción del nacionalismo alemán, con su atroz particularismo, los reavivará en el llamado último Husserl.