[Edición conmemorativa del 35 aniversario de la colección Clásicos Castalia, en formato mayor y encuadernada en tela con sobrecubiertas de papel y acetato] La producción poética de Garcilaso es relativamente breve y su gran aportación poética son las obras compuestas en estilo italianizante. Junto a sus sonetos, lo más notable de su escritura son las églogas, poesía pastoril con influencias de Virgilio y Sannazaro. Tal y como señaló el erudito J.F. Montesinos: la gran enseñanza que Garcilaso aprendió de Petrarca fue el descubrimiento de la propia conciencia, mucho más importante que la importación del endecasílabo. La armonía de la poesía de Garcilaso, en la cual no encontramos resonancias ni bélicas -pese a su condición de militar y hombre de armas- ni religiosas, junto a su ritmo y belleza, la convierten en una de las grandes creaciones artísticas de todos los tiempos y que hoy en día conserva toda su vigencia.
Garcilaso de la Vega (Toledo, 1501 - Niza, 1536). De familia noble, su figura representa al caballero cortesano renacentista, artista exquisito e intrépido capitán. Fue amigo personal de Carlos I, luchó en las campañas imperiales y murió en Niza, Francia, en el asalto de un castillo. Su obra trata exclusivamente de amor. De ella se conservan 38 sonetos y tres églogas en las que poetiza su propia historia amorosa, además de algunas canciones, epístolas y elegías. Cultivó el soneto, la lira, la silva y el terceto encadenado.