CRUZ, SAN JUAN DE LA / PACHO, EULOGIO
Con una producción poética muy reducida. San Juan de la Cruz ha sido encumbrado a la cima de la lírica es-pañola. Donde no ha llegado su mensaje espiritual se estudian y gustan sus versos incomparables. Están vincu-lados a la más honda experiencia religiosa; son el exponente máximo de la poesía mística. Sus "Escritos breves" (Avisos, Dichos de Luz y Amor, Cautelas y Cartas), con que completamos esta obrita, son como el destilado de toda una experiencia vital lograda a lo largo de su propia subida al Monte de la Perfección, así como en el de acompañar a muchos en el ascenso hacia el mismo.
San Juan de la Cruz (Fontiveros, Ávila, 1542- Úbeda, Jaén 1591). De familia humilde, ingresó en el Carmelo a los 21 años, entonces pudo emprender estudios superiores en Salamanca (Con Fray Luis de León, entre otros). En 1567 se ordena y conoce a Santa Teresa. San Juan se siente contagiado por su espíritu reformador y emprenderá la fundación de conventos de frailes descalzos. La animadversión de otros carmelitas (los calzados)le llevará a la cárcel de Toledo, de la que logra escapar pasados unos meses, y emprenden más viajes y fundaciones. Hombre de intensa afectividad y fina sensibilidad, su obra da prueba de su sutileza y rigor intelectual.