1. Amistad entre Dacia Maraini y Pier Paolo Pasolini
2. Relación entre Dacia Maraini, Pier Paolo Pasolini y Maria Callas
3. Viajes de Dacia Maraini, Pier Paolo Pasolini y Maria Callas por África
4. Correspondencia de Dacia Maraini a Pier Paolo Pasolini
5. Discusiones sobre feminismo y escritura entre Dacia Maraini y Pier Paolo Pasolini
6. La relación de Pier Paolo Pasolini con su homosexualidad
7. Amistades destacadas de Pier Paolo Pasolini: Elsa Morante, Laura Betti, Silvana Mauri Ottieri y Maria Callas
8. Asesinato de Pier Paolo Pasolini y falta de investigación
9. Posición crítica de Pier Paolo Pasolini frente a la sociedad de consumo
10. Enemigos de Pier Paolo Pasolini
Dacia Maraini fue una de las amigas más íntimas de Pier Paolo Pasolini, con quien compartió lecturas, proyectos cinematográficos e incluso casa, cuando Dacia tenía como compañero al escritor Alberto Moravia. Los tres viajaron por el mundo y en especial por Africa, viajes a los que a menudo se sumó Maria Callas. Cuando se cumplen cien años del nacimiento del poeta y cineasta, Dacia Maraini le escribe una serie de cartas en las que recrea su amistad, sus viajes, sus discusiones sobre el feminismo, sobre la escritura, la relación de Pasolini con su homosexualidad y con sus grandes amigas como Elsa Morante, Laura Betti, Silvana Mauri Ottieri o la propia Callas. Y revive con detalle el momento en que supo de su asesinato, el estupor y la incredulidad de los días posteriores, y la rabia presente todavía hoy porque nunca se ha investigado suficientemente quién lo ordenó. Pasolini fue siempre un personaje incómodo, radicalmente crítico con la sociedad de consumo y con la uniformización de las conciencias que ya veía venir. Muchos eran sus enemigos y los interesados en taparle la boca. La voz dolorosa e indignada de
Dacia Maraini (Fiesole, 1936), una de las principales protagonistas de la literatura italiana contemporánea, es autora de novelas, obras teatrales, poemas, textos autobiográficos y ensayos que han sido traducidos a veinte lenguas. Hija de un antropólogo y de una pintora, su niñez transcurrió en Japón, adonde su familia se trasladó en 1939; allí estuvieron internados en un campo de concentración entre 1943 y 1946. De regreso en Italia, se establecieron en la localidad siciliana de Bagheria, en la gran casa señorial de los abuelos maternos. A los dieciocho años se trasladó a Roma. Participante activa en la vida cultural y cívica, en sus obras aflora un constante interés por las condiciones de vida de las mujeres y los problemas de la infancia. Ha recibido numerosos e importantes premios, como el Campiello (1990), el Strega (1999) y el Campiello a la trayectoria (2012).