Aunque incomprendido en su tiempo, el teatro de Valle-Inclán es una creación genial; su obra teatral lo convierte en uno de los mejores dramaturgos en lengua castellana del siglo xx. Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte agrupa cinco piezas que configuran un «retablo» mítico en el que se mueven todos los pecados capitales. La gran lección que Valle-Inclán enseña es que la realidad no consiste sólo en lo que vemos en apariencia, sino en lo que podemos presentir a través del simbolismo del lenguaje: el misterio de la vida y la muerte.
Ricardo Doménech, catedrático de la Real Escuela Superior de Arte Dramático, que ha preparado esta edición, ofrece en su estudio introductorio una doble lectura que guía, a través de la superficie de los textos, hacia su significación simbólica.
Ramón del Valle-Inclán fue un novelista, poeta y autor dramático español, además de cuentista, ensayista y periodista. Inicia estudios universitarios, pero no termina la carrera de Derecho, ya que muy pronto se decanta por la literatura. Tras pasar una temporada en Madrid, marcha a México donde escribe para la prensa y, sobre todo, conoce y asimila el Modernismo. Vuelve a Madrid y se incorpora a la vida cultural y bohemia de la ciudad como promotor del Modernismo. Provocativo y extravagante, su estilo literario evolucionó desde un exuberante modernismo y un maduro expresionismo hasta sus peculiares composiciones esperpénticas. De entre su obra destacan las cuatro Sonatas (de primavera, de estío, de otoño y de invierno), que suponen la culminación del modernismo español