Urbano Expósito, guionista inédito, quisiera estar seguro de querer lo que quiere. Tino, en cambio, tiene claro que quiere lo que quiere. Selmo, en fin, quiere que lo quieran. Vidas diferentes, cada una apunta un recorrido propio, que Urbano, ahora aprendiz de novelista, pretende contar, aunque con un estilo ingenuo y torpe, plagado de recursos cinéfilos. Para entonces, sin embargo, habrá irrumpido en la historia la señora Gladstone, y la narración se encauza, se transforma, se convierte en algo nuevo, inesperado y, a la postre, misterioso. pero también terrible.Sal no deja de sorprender desde la primera línea y hasta el final, donde se encuentra la luz que lo ilumina todo. Bastará leer un par de páginas al azar para advertir una prosa rica y distinta, pero en esta novela hay muchas cosas más: personajes de carne y hueso, historias formidables, reflexión y metaliteratura, y, sobre todo, una mirada tierna y desconsolada sobre el ser humano en estos tiempos que algún filósofo calificó de líquidos.
Manuel García Rubio nació en Montevideo (Uruguay), pero es asturiano de origen y de corazón. Su extensa e intensa actividad como abogado no le impide cultivar su verdadera vocación, la de escritor. Ha practicado el ensayo y la creación literaria. Con la publicación de su primera novela, El sentido de las cosas (Madrid, 1989), consiguió ocupar, en el difícil panorama literario nacional, un espacio que consolidaría con su sorprendente obra El efecto devastador de la melancolía (Madrid, Lengua de Trapo, 1997). La garrapata, su tercera novela, publicada también en esta colección, lo confirmó como una de esas voces que los amantes de la buena literatura no deberían dejar de oír. En su cuarta novela, Green, sigue demostrando que el lenguaje rico y la reflexión profunda y seria no están reñidos con la diversión ni con la carcajada.
«Una novela que divierte y sorprende», (Eduardo Sotillos, El Ojo Crítico).
«Novela de una exquisitez formal a punto del academicismo, lo que se agradece de verdad», (Fernando Fonseca, La Nueva España).
«Un escritor que no ha dejado de hilar fino», (Javier Memba, El Mundo).
«Maestría narrativa y creadora en una novela redonda», (J. Cuartas, Ábaco).