Ernesto Cardenal, traductor un día de Catulo y Marcial, autor de poemas de amor, de epigramas políticos y de un Cántico cósmico, ha echado mano del lenguaje de los salmos. «En estos Salmos no hay ningún pasaje en que la religión se vuelva opio del pueblo. Nada distrae hacia un más tarde, un más arriba, un más allá. Por ningún lado aparece un consuelo que vuelva a los consolados infieles a la tierra.» (Dorothee Sölle). Todo en este libro es más acá, solidaridad y universalidad.
Ernesto Cardenal nació en Granada, Nicaragua, en 1925. En 1954 participó en la rebelión contra la dictadura de Somoza. Fue monje trapense, se ordenó sacerdote y fundó la comunidad de Solentiname, en una isla del lago de Nicaragua. Vinculado al frente sandinista desde 1978, fue ministro de Cultura de dos legislaturas. En conflicto con la jerarquía eclesiástica por su vinculación a la teología de la liberación, en 1985 fue suspendido a divinis. Su obra poética comprende, entre otros títulos, Salmos, Oración por Marilyn Monroe y otros poemas, El estrecho dudoso, Homenaje a los indios americanos y El evangelio en Solentiname.