Florent-Claude Labrouste tiene cuarenta y seis años, detesta su nombre y se medica con Captorix, un antidepresivo que tiene tres efectos adversos: náuseas, desaparición de la libido e impotencia.Su periplo arranca en Almería, sigue por las calles de París y después por Normandía, donde los agricultores están en pie de guerra. Francia se hunde, la Unión Europea se hunde, la vida sin rumbo de Florent-Claude se hunde. El amor es una entelequia. El sexo es una catástrofe. La cultura no es una tabla de salvación.Florent-Claude descubre unos escabrosos vídeos pornográficos en los que aparece su novia japonesa, deja el trabajo y se va a vivir a un hotel. Deambula por la ciudad, visita bares, restaurantes y supermercados. Filosofa y despotrica. También repasa sus relaciones amorosas, marcadas siempre por el desastre, en ocasiones cómico y en otras patético. Se reencuentra con un viejo amigo, cuya vida parecía perfecta pero ya no lo es porque su mujer le ha abandonado por un pianista inglés y se ha llevado a sus dos hijas. Y ese amigo le enseña a manejar un fusil...Nihilista lúcido, Michel Houellebecq construye un pe
Michel Houellebecq nació en 1958 en la francesa Isla Reunión. Publicó su primer libro, un ensayo sobre Lovecraft, en 1991, y su primera novela, Ampliación del campo de batalla, en 1994. La aparición en 1998 de su segunda novela, Las partículas elementales, fue una historia literaria y editorial asombrosa. El «fenómeno Houellebecq» provocó innumerables y apasionados debates en la prensa internacional. El libro, que vendió en Francia más de 350.000 ejemplares, ha sido publicado en más de treinta países. En otoño de 1999 publicó Renacimiento, una colección de poesía, y en 2001, Plataforma. La posibilidad de una isla es ya un best-seller internacional cuyos derechos mundiales se han vendido a una treintena de países.