Cumbre de la prosa modernista española, estas «memorias amables», las SONATAS, supusieron a comienzos del siglo XX la introducción en España de preocupaciones, temas y formas artísticas que dominaban en Europa. «Feo, católico, sentimental», carlista y presuntamente «perverso», el Marqués de Bradomín resume en su personalidad todas las tensiones que en la crisis finisecular se mueven entre el amor y la muerte, la sensualidad y el misticismo, la estética y la vida. La Introducción de Leda Schiavo, de la Universidad de Chicago (Illinois), guía al lector a través de todas esas entrecruzadas sendas, señalando y analizando, al mismo tiempo, innumerables riquezas de estilo. Al fondo de todo destaca la extraordinaria talla de don Ramón del Valle-Inclán, gran conocedor de la nueva literatura de la época y deslumbrante mago de la palabra.
Ramón María del Valle-Inclán (1866-1936) colaboró asiduamente en prensa y cultivó la prosa y el teatro, llegando a ser uno de los mayores renovadores de la escena española gracias a su técnica el esperpento. Contrario a la dictadura de Primo de Rivera, motivo por el que llegó a estar encarcelado, ostentó el cargo de conservador general del Patrimonio Artístico y director de la Academia Española de Bellas Artes en Roma durante la Segunda República. El deterioro de su salud le hizo retirarse a Santiago de Compostela, donde falleció en 1936.