Amamos por rebeldía,
contra la hipocresía, en demasía,
amamos por encima de nuestras debilidades,
a partes iguales o ponderadas
dependiendo de dos enteros que se disfrazan de dos mitades;
vamos, que amor nos suele querer a pares.
Me llamo David Martínez Álvarez y me llaman «Rayden». Nací a las 16.23 de la tarde sin que el año me importase, de eso hace ya una treintena de veranos de viaje. Se me da fatal hablar de mí en tercera persona pero a veces mis silencios hablan en primera. Canto poesía y escribo música... O viceversa.
He trabajado de sastre de sonrisas, de boticario de mentiras de jarabe o de zapatero que ata frases al pie de la letra, y eso que tengo alergia a las etiquetas. El año pasado perdí un diario herido entre el alma y el hueso que se dedicó a curar vidas ajenas por cuenta propia. En fin... Este espacio debería estar dedicado a mi biografía pero poco importa, lo único que debes saber es que desde el momento que pases de página verás que nuestras vidas no se diferencian tanto o que, a lo mejor, tengo una vida camaleónica que se disfraza de otras.