Maupassant reconstruyó en sus numerosos relatos toda una sociedad y reflejó todos los caracteres y circunstancias humanas. Por los cuentos y novelas breves recogidos en Todas las mujeres pasan todos los tipos femeninos. Desde la mujer apasionadamente enamorada hasta la seducida, la engañada, la libertina, la cortesana; retratos en distinto marco y con diverso colorido: desde la joven enamorada del amor, a la vieja celosa, la madre que lleva el cariño más allá de los límites racionales; desde la mujer infanticida a la heroína que venga la muerte de su hijo; la que devuelve crimen por crimen, la que sufre o hace sufrir; mujeres frente a hombres, casadas que soportan el matrimonio o que aconsejan y dan lecciones sobre las artes amatorias. Todo el abanico de circunstancias que tienen por protagonista a la mujer y que resultan tan actuales porque el ser de la mujer permanece inalterable.
Guy de Maupassant (Dieppe, Francia, 1850 ? París, 1893) fue discípulo de Gustave Flaubert y coetáneo de Émile Zola, y escribió más de trescientos cuentos y relatos. La publicación de Bola de sebo (1880) le mereció el reconocimiento en el mundo literario. Entre sus temas más tratados se encuentran la Normadía rural, la pequeña burguesía, la mediocridad del funcionariado, la guerra franco-prusiana, las aventuras amorosas y las alucinaciones propias (como en La casa Tellier o Los cuentos de la becada). Destacó especialmente en el género del terror, llegándose a equiparar con un maestro como Edgar Allan Poe. En estos relatos es notable la obsesión del autor por la muerte y lo sobrenatural (¿Quién sabe?, La noche o El Horla). También es autor de cinco novelas. Pasó sus últimos años aquejado de los problemas psicológicos, que ya lo habían acompañado a lo largo de su vida, y fue ingresado en un manicomio, con graves síntomas de demencia.