El 6 de diciembre de 2001 Eduardo Arroyo empieza un diario imponiéndose una regla estricta: pintar cada día un cuadro al óleo de 33 x 24 centímetros o de 24 x 33 centímetros acompañado de un texto. Claro, a veces se demora un poco porque el pincel es más lento que la pluma y porque breves interrupciones son inevitables. Decide darlo por terminado el 10 de mayo de 2004.
Eduardo Arroyo nació, en 1937, en Madrid, donde estudió en el Liceo Francés y, posteriormente, en la escuela de periodismo. En 1958, por oposición al franquismo, se exilió en París, donde abandonó el periodismo para dedicarse a la pintura y al dibujo. Hasta el restablecimiento de la democracia en España, la obsesión del exilio y la historia conflictiva nutrieron su pintura, polémica y bañada en ironía y lirismo. Ha realizado decorados de teatro y es autor de la biografía Panama Al Brown, de la pieza de teatro Bantam y del libro de reflexiones Sardinas en aceite.