Considerada desde su aparición como una obra maestra, y con los años su importancia no ha dejado de crecer. Cada capítulo se parece a un fragmento de un gigantesco, fascinante puzzle, cuya "osamenta" la constituye una casa parisina de la calle Simon-Crubellier: cada pieza del puzzle es un capítulo y lleva una indicación sobre sus inquilinos de hoy y de ayer.
Poeta y narrador francés, apasionado por las palabras cruzadas, los acrósticos y los juegos de
la imaginación, admirado por Calvino y Cortázar, surrealista impenitente, muestra hasta qué punto quien piensa en
comprender el mundo no hace más que clasificarlo, esa vocación por la que Perec sentía especial fascinación.